Revisar las motivaciones personales, que hacen que a veces esté de una manera o de otra, me lleva a delimitar bien de qué lado quiero pararme. Me sorprende que puedo caer en las redes del malestar, contaminarme por la visión personal que tenga alguien en mi entorno, y encontrarme dándole la razón en tópicos que me he prometido no tratar.

Porque sí, porque quiero, porque lo necesito, he decidido aferrarme del lado amable, de la luz, de los colores, de la música, de las motivaciones, de todo lo que mueva a risa, en fin, de la vida. Estar en armonía y paz es un derecho, y también me llama la atención, que pararme en el lado de las cosas bonitas del mundo, pueda ser considerada una postura ingenua, facilona y hasta irresponsable.

También podría ser visto como un acto de conformismo, de falta de aspiración o carencia de motivaciones más altas. Pero no, de lo que se trata es de un rechazo a todo lo que signifique negatividad, crítica malsana, imposición de gustos ajenos, entre otros.

Es tan fácil caer de la cuerda, en la cual me he movilizado con tanta destreza, que ignoro el vaivén, quizá muestre alguna debilidad o falta de confianza en algún momento, pero cada vez que caiga, no dudaré en volver a subirme. Entonces, solo entonces, descubro, que como yo, otros también van en sus propias cuerdas, avanzando y sonriendo. ¡Qué fortuna es coincidir!

Es obligatorio mantenerse firme, por mucho que se sacuda, aunque asuste la posible caída, hay que insistir. Esa es la orden. La clave de la resistencia está en la disciplina y la constancia.

Vivir con apego a los pequeños, pero significativos momentos, requiere de un sistema de apoyo, de esa gente que piensa igual y que aprendió a ser feliz con lo suyo, como yo. Casi siempre en armonía con el medio ambiente y la naturaleza en general. Parece ser que esa afinidad por las cosas simples, pero significativas da bienestar. No es raro notar que en la familia y las amistades más cercanas se refuerza el mismo sentir.

A veces surgen invitaciones, reuniones con normas, motivos específicos, o temáticas, donde necesariamente debo ajustarme a exigencias que desentonan con mi manera de ser y la única decisión es negarme, como lo hice siempre. Es que yo no soy así.

Elijo cambiar de acera y apartarme de lo que me desacomoda, quizá eso no guste a la mayoría, pero me costó mucho aprender a conocerme y a reconocer cómo me choca eso, que me niego a tener que soportar.

Quiero una esquina donde sea posible escuchar música clásica, voces armoniosas que alegren el transitar. Donde se agrupen los portadores de buenas noticias y las hagan virales.

La coincidencia de los niños educados para la paz, que aman aprender, cantar y ejecutar instrumentos. Ver cómo se multiplican los hacedores, que saben transforman los materiales para hacer felices a otros.

Dejarme llevar por las tonalidades de las voces de los afortunados que nacieron con ellas, Aprender a pescar de lo que hay, solo lo más bonito. Caminar con rumbo fijo, sin sorpresas. Somos muchos detrás del arco iris, aunque parezca tonto.

Gracias por tu amable lectura.

Mi contenido es original.
He utilizado el traductor de Google.
Imágenes propias.

Reviewing my personal motivations, which sometimes lead me to lean one way or another, leads me to clearly define which side I want to stand on. I'm surprised that I can fall into the trap of discomfort, become contaminated by the personal views of someone around me, and find myself agreeing with them on topics I've promised myself not to discuss.

Because yes, because I want to, because I need to, I've decided to cling to the bright side, to the light, to the colors, to the music, to the motivations, to everything that makes me laugh—in short, to life. Being in harmony and peace is a right, and it also strikes me that standing on the side of the beautiful things in the world can be considered a naive, easy, and even irresponsible stance.

It could also be seen as an act of conformism, a lack of aspiration, or a lack of higher motivations. But no, it is a rejection of everything that signifies negativity, unhealthy criticism, the imposition of other people's tastes, among others.

It is so easy to fall from the rope, on which I have moved so skillfully, that I ignore the swaying. I may show some weakness or lack of confidence at some point, but every time I fall, I will not hesitate to climb back up. Then, only then, I discover that like me, others are also walking on their own ropes, moving forward and smiling. How fortunate it is to meet!

It is obligatory to stand firm, no matter how much it shakes, even if the possible fall frightens you, you must persist. That is the order. The key to resilience lies in discipline and perseverance.

Living with a sense of belonging to the small but meaningful moments requires a support system, like-minded people who have learned to be happy with their own, like me. Almost always in harmony with the environment and nature in general. It seems that this affinity for simple but meaningful things brings well-being. It's not uncommon to notice that this same feeling is reinforced in family and close friends.

Sometimes invitations arise, meetings with rules, specific reasons, or themes, where I must necessarily conform to demands that clash with my way of being, and the only choice is to refuse, as I always have. The fact is that I'm not like that.

I choose to change paths and distance myself from what makes me uncomfortable. Perhaps most people won't like that, but it took me a long time to learn to know myself and recognize how it shocks me, which I refuse to put up with.

I want a corner where classical music can be heard, harmonious voices that brighten the journey. Where bearers of good news gather and make it viral.

The coincidence of children educated for peace, who love to learn, sing, and play instruments. Seeing how the doers multiply, who know how to transform materials to make others happy.

Let myself be carried away by the tones of the voices of those fortunate enough to be born with them, Learn to fish from what's there, only the most beautiful. Walk with a steady course, without surprises. There are many of us behind the rainbow, even if it seems silly.

Thank you for your kind reading.

My content is original.
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