Se acerca el Día de la Madre, fecha propicia para hablar de este rol femenino que por gracia divina y naturaleza nos ha sido otorgado.
@charjaim, desde su columna, nos invita a hablar del tema y lo hace proponiéndonos unos interesantes tópicos, entre ellos, me toca muy de cerca, la ruptura del paradigma de la maternidad, como un proyecto de vida de toda mujer, les comento.
Para mí ser madre, no tuvo nada que ver con exigencias sociales, nada de que ya estás en la edad, es lo que fortalece a la pareja o es lo que la sociedad espera de ti, o esa terrible carga que se le coloca a los hijos antes de nacer como aquellas afirmaciones que sentencian: que los hijos mitigan la soledad o para tener a alguien que cuide de ti cuando envejezcas.
No, para mí ser madre fue una necesidad que nacía de adentro, mi cuerpo y mi ser me pedían esa gestación, puedo decir que fue algo completamente reptil, puro instinto y desde esta perspectiva mis hijos fueron deseados y concebidos con mucho amor.
Me da gracia, porque esta necesidad instintiva la sentí en tres oportunidades y con intervalos de trece años cada una, tuve a mi primer hijo a los 23 años, la segunda a los treinta y seis y a los cuarenta y nueve cuando se manifestó ese deseo, recuerdo haberle dicho a mi esposo e hija, en una noche que estábamos caminando: — Gracias a Dios que la naturaleza es sabia, porque si no volvería a quedar preñada—Ja, ja, ja.
Estos hijos los consideré compañeros de vida, no recuerdo haberlos sentido como un peso o que tuve que sacrificarme por ellos, sí, por supuesto que hubo altos y bajos, preocupaciones, interrogantes sobre cuáles serían las mejores decisiones para orientarlos en sus vidas, y eso sigue estando presente porque ese rol de madre por mucho que estén grandes y lejos, no se pierde, siempre queremos influir, orientar, acompañar.
¿Es esto romantizar la maternidad? Puede que sea así, pero ¿Qué hay de malo en ello? Mi hija, en unos días cumple veintinueve años y está negada a la maternidad, decidió que ella no quiere hijos, su argumento: es una responsabilidad, un compromiso y un miedo que la sobrepasa por sentir que no está preparada para asumirlo.
No puedo dejar de preguntarme ¿Dónde está el instinto? Ese que nos dice internamente e inconscientemente, estoy lista, puedo con esto y tengo la convicción de que lo haré bien.
Me ha sido difícil mantenerme a raya, respetar su decisión y no meterle presión social. Recuerdo que de adolescente soñaba con tener una niña y hasta nombre le tenía, ¿dónde y por qué se perdió ese sueño?
Ella es psicóloga y el área que escogió fue la infantil-adolescencia, la vida y su esfuerzo la han ubicado en su trabajo ideal, trabaja en un centro que atiende adolescentes femeninas con problemas de conducta y de alimentación.
Es posible que su experiencia de vida como emigrante, su vivencia materna con sus dos sobrinas más su trabajo con niños y adolescentes la hayan llevado a rechazar la maternidad y verla como una cuesta muy empinada, también es posible que encuentre en este vivirse tía y orientadora de niñas, la satisfacción de su instinto materno.
Lo cierto es que a esta generación, llamada de cristal, se les perdió algo en el camino, o quizás no sea así, sino que más bien encontraron fuerzas para decir no a un mandato natural.
En cualquier caso, deseo de todo corazón que se sientan satisfechas con las decisiones que tomen, porque a fin de cuentas esto de la maternidad puede ser considerado uno de los tantos velos culturales a los que cedemos porque es “lo que nos corresponde”.
Esta última consideración la hago pensando en una hermosa canción que te invito a escuchar. ¡Feliz día a todas las madres de Hive!
Mother's Day is approaching, a date that is always propitious to talk about this feminine role that by divine grace and nature has been given to us.
@charjaim, from her column, invites us to talk about the subject and she does so by proposing some interesting topics, among them, it touches me very closely, the rupture of the paradigm of motherhood, as a life project of every woman, I tell you.
For me, being a mother had nothing to do with social demands, nothing to do with the fact that you are of age, that it is what strengthens the couple or what society expects of you, or that terrible burden that is placed on children before they are born, such as those statements that say that children mitigate loneliness or to have someone to take care of you when you get old.
No, for me being a mother was a need that was born from within, my body and my being asked me for this gestation, I can say that it was something completely reptilian, pure instinct and from this perspective my children were desired and conceived with much love.
It makes me laugh, because I felt this instinctive need on three occasions and with intervals of thirteen years each, I had my first child at the age of 23, the second at thirty-six and at forty-nine when this desire was manifested, I remember telling my husband and daughter, one night when we were walking: - Thank God that nature is wise, because otherwise I would never get pregnant again-Ha, ha, ha, ha.
I don't remember feeling them as a burden or that I had to sacrifice myself for them, yes, of course there were ups and downs, worries, questions about what would be the best decisions to guide them in their lives, and that is still present because the role of mother, no matter how big and far away they are, is not lost, we always want to influence, guide, accompany.
Is this romanticizing motherhood? Maybe so, but what's wrong with that? My daughter, in a few days will be twenty-nine years old and is denied to motherhood, she decided that she does not want children, her argument: it is a responsibility, a commitment and a fear that overcomes her because she feels she is not ready to assume it.
I can't help but wonder where is the instinct? The one that tells us internally and unconsciously, I am ready, I can do this and I have the conviction that I will do it well.
It has been hard for me to keep myself in line, to respect her decision and not put social pressure on her. I remember when I was a teenager I dreamed of having a girl and even had a name for her, where and why did that dream get lost?
She is a psychologist and the area she chose was child-adolescence, life and her efforts have placed her in her ideal job, she works in a center that treats female adolescents with behavioral and eating problems.
It is possible that her life experience as an immigrant, her maternal experience with her two nieces plus her work with children and adolescents have led her to reject motherhood and see it as a very steep slope, it is also possible that she finds in this experience of being an aunt and counselor of girls, the satisfaction of her maternal instinct.
What is certain is that this generation, called the crystal generation, lost something along the way, or perhaps it is not so, but rather that they found the strength to say no to a natural mandate.
In any case, I hope with all my heart that they feel satisfied with the decisions they make, because at the end of the day, motherhood can be considered one of the many cultural veils to which we yield because it is “what we are entitled to”.
I make this last consideration thinking of a beautiful song that I invite you to listen to.
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Fuente de imágenes: Archivo personal
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