En las grandes ligas han existido jugadores de una clase especial. Pongamos como ejemplo a Ted Williams, considerado por todos los especialistas el mejor bateador puro de la historia. En efecto, cada vez que el tipo se paraba en la goma, había un potencial hit en la punta de su bate. De hecho es el último pelotero en batear para más de .400 en 1.941 (.406), el año de nacimiento de mi padre. Imaginen eso. El acto de batear es tan difícil que te consideran exitoso si bateas 3 incogibles cada 10 turnos. Este tipo bateó ¡4 hits de cada diez turnos!
A Ronald Acuña Jr. lo ví jugar en Caracas para los Tiburones de La Guaira. Es uno de esos predestinados a jugar primero fuera de las fronteras y que, luego, les emociona venir a la Liga de Béisbol Profesional Venezolano (LVBP). Digamos que todavía estaba comenzando y se ganó un mote de pelotero pendenciero. Pero no se equivoque, mi estimado lector, él tiene muy claro su rol de "pelotero espectáculo" y actúa en consecuencia. Pero los fans del béisbol en Venezuela, se acercan más en su comportamiento a las barras bravas argentinas que a los alegres seguidores en los estadios de grandes ligas. De allí que el tipo tenga fanáticos acérrimos y detractores por montón.
Pero estamos hablando de deporte. Así las cosas, quisimos hacer una revisión de la hazaña concretada anoche en Atlanta, dentro de un emocionante juego de pelota, en el que los Cachorros de Chicago se juegan su posición en el comodín. Luego de batear un hit en el octavo para impulsar la carrera que los acercaba en el marcador, Acuña se robó la segunda base (la número 69 de la temporada) y el catcher en el tiro la metió al outfield, resultando en el avance a tercera del venezolano. Hit de Ozzie Albies y se empata el partido. Al abrir el noveno, los Cachorros se van arriba por una y Marcell Ozuna empata el partido en el cierre del mismo inning con un jonrón, emocionante ¿no?
En el décimo episodio un calco de lo que había pasado en el octavo, hit de Acuña, robo de la segunda (su número 70) y hit de oro de Albies para dejar en el terreno a los malogrados Cachorros, quienes fueron empatados en el tercer lugar del comodín por ¡M I A M I! ¿Quién lo habría pensado? La noche anterior, Ronald había bateado su jonrón número 41 de la temporada. Pero los dos bases robadas del juego de anoche, lo colocan como el único hombre en la historia de las mayores en batear un mínimo de 40 jonrones y robar 70 bases en una misma temporada.
No pudimos menos que retrotraernos al pasado y evocar a Rickey Henderson. Un guardabosques de los Atléticos de Oakland en la década de los 70' y 80', quien era muy rápido (como Acuña) y tenía poder ocasional. El hombre es poseedor del récord de más bases robadas en una temporada. ¿Por qué lo recordamos? Porque es el único atleta de las grandes ligas con el cual podemos comparar a Ronald Acuña. Aunque Rickey era más bajo y mucho más musculoso que Acuña, imponía respeto en las bases cuando corría y era prácticamente imposible sacarlo out cuando se iba al robo.
Luego de aquello, el robo de bases fue decayendo entre las preferencias como jugada ofensiva, porque los receptores mejoraron mucho su mecánica de lanzamiento a las bases y por ello, la tasa de éxito sin ser puesto out bajó demasiado. Se prefería contratar hombres con bates explosivos para traer las carreras de las bases. Entonces, el béisbol trocó en un juego donde las agujas y los esteroides anabólicos prevalecieron. Los Canseco, Bonds, Rodríguez, etc. abundaron en las grandes ligas hasta que estallaron los escándalos ya sabidos por todos. Poco a poco se volvió a los fundamentos del juego y el robo de base volvió a tomar protagonismo al cambiar de tamaño las almohadillas. Miren lo que unos pocos centímetros ha hecho por el reverdecer del robo de base.
Eso no disminuye el alcance de lo hecho por Ronald. De hecho especialistas en el juego han calculado que el tipo se habría robado más de 60 bases de todas formas. Hay que ser un pelotero muy especial para lograr lo que ha hecho el venezolano: saber cuando hacer el salto, leer el movimiento de wind-up del lanzador, correr como el viento, entrar a la segunda con la mano correcta en el deslizamiento, en fin, una cantidad de factores de los cuales hay por cuidar. Pero además, tener el poder de sacar la pelota cuando eres primer bate, te hace una superestrella. El primer bate solo está allí para lograr embasarse, jamás para sacar la pelota del parque. Pero la alineación de Atlanta es especial: los cinco primeros hombres del line-up han bateado 30 jonrones o más ¡Increíble!
Por ahora, Ronald Acuña Jr. crea un club en el que solo se encuentra como integrante. La temporada que más bases se había robado un hombre con más de 40 jonrones, había sido la de Álex Rodríguez con 46 bases robadas. 70 bases son una muestra de que estamos ante un predestinado. Todavía es muy temprano en la carrera de Ronald. No se sabe si terminará en el salón de la fama. Pero lo que sí ha proporcionado son los argumentos para pelear el título de jugador más valioso (MVP) de la Liga Nacional. ¿41 jonrones y 70 bases robadas? Eso es ser rápido y furioso.
The images have been intervened. Statistics used are taken from the MLB site.
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