Nunca es tarde para volver a casa.
Hoy, que el primer semestre del 2025 se despide, me siento de nuevo frente a mi teclado. Han pasado meses desde la última vez que escribí en este rincón, ¡y qué gusto estar de vuelta!
Hola, mis queridos. ¿Cómo están? Espero que la vida los esté abrazando con fuerza.
No vengo con disculpas por mi ausencia, porque esta pausa fue un regalo que me di. Mi yo de antes habría sentido culpa, pero esta versión nueva ha aprendido a priorizarse, a respirar hondo y a escuchar lo que de verdad importa.
Y hablando de lo que importa, hoy vengo a compartir un pedacito de mi alma: mis fotos. Aunque no estuve escribiendo, nunca dejé de capturar lo que me hace vibrar. La naturaleza, sigue siendo mi refugio, mi lugar seguro. Cada árbol, cada rayo de luz colándose entre las hojas, cada atardecer que parece susurrar “todo va a estar bien” ha sido mi compañía estos meses.
Así que, ¡vamos allá! Espero que estas imágenes les saquen una sonrisa o los hagan suspirar como a mí. Son pequeños fragmentos de paz que he ido coleccionando, y ahora quiero compartirlos con ustedes.
Gracias por estar aquí, por leerme, por acompañarme en este viaje. Les mando un abrazo enorme, de esos que se sienten hasta el alma.
Nos seguimos leyendo.
For the best experience view this post on Liketu