Queridos amigos de @Holos-Lotus, el mes de mayo ha comenzado hermoso. Es como si, con cada gota de lluvia y cada planta que retoña, florece o brinda un fruto, llegaran energías renovadoras.
Les propongo la Iniciativa #5 en Las Cosas de Iris, para hablar de los comportamientos indeseados, surgidos como respuestas a pensamientos que se apoderan de nosotros como sombras en la conciencia. Todos tenemos duendes que habitan en rincones oscuros de nuestro cerebro, deformando lentamente nuestros gestos, palabras y decisiones.
Para estar a la moda, solemos decir que somos despistados, pero algunos, como yo, lo traemos como un don involuntario. He pasado muchos apuros por cosas que ocurren en un segundo y que luego me hacen preguntarme: ¿Por qué no piensas antes de actuar?. En estos detalles también he tenido que trabajar para lograr un crecimiento personal equilibrado y no ir de rubor en rubor.
A mi favor, debo decir que no me entrometo en la vida ajena: no sé quién fue novio de quién ni cuántos matrimonios ha tenido nadie. Las pocas neuronas que tengo las he dedicado a guardar fotografías mentales de mi infancia. Sin embargo mis despistes me ha llevado a cometer indiscreciones.
Hay un incidente que me marcó profundamente en mi niñez y que nunca le he contado a mi madre. Con unos doce años, de regreso al campo donde nací, y tras descubrir que ya no era el lugar donde fui feliz, mis hermanos y yo fuimos a saludar a una tía política (la esposa de un tío), que lavaba ropa bajo un tamarindo.
Al verme, exclamó: ¡Ay, es igualita a Florinda!. Y yo, por alguna conversación malinterpretada donde mi padre salía mal parado por su fama de Don Juan, solté sin pensar: ¡Sí, sí! Mami dice que Florinda es hija de mi papá. Servilia, la tía, abrió los ojos como platos y replicó: ¿Tu madre dice eso? ¡Pero si Florinda es hija mía!.
La indiscreción es hija de lagunas mentales, esos vacíos de información que rellenamos con hilos inconexos y que, a menudo, nos traiciona el subconsciente. Desde entonces, intento medir mis palabras, pero no puedo decir que haya mejorado mucho. Hace una semana, por ejemplo, volví a meter la pata, como decimos en buen cubano.
Suelo saludar efusivamente a desconocidos en la calle, con tal entusiasmo que deben creer que estoy loca. Claro que los confundo con alguien allegado. Una vez, bajé las escaleras a toda prisa para encargarle mercancía a un artesano: Háganos diez sillones, diez balancines y diez mesas de centro…. Cuando terminé mi lista sonriente, él me miró y dijo: Yo soy el hermano de Juan. ¡Ah, caramba! ¿Por qué no me lo dijo antes?. Porque usted no me dejó hablar, respondió.
Otros incidentes han sido por torpeza física. Los cubanos somos adictos a los besos, incluso con desconocidos: mi amor, mi vida, mami... Pues bien, varios clientes de mi despacho, al abalanzarse para saludarme y yo, con mis reflejos lentos, terminaron recibiendo un beso... en la boca. Ahí en mis labios quedaba la sensación de un beso indeseado.
La solución fue estratégica: me colocaba frente a la puerta, a cierta distancia, para ganar segundos de reacción. Mis compañeros, compadecidos, apoyaron la medida porque ya era un espectáculo recurrente.
Por cuestión de espacio, no puedo extenderme, pero no puedo dejar de contarles el día que compré un pudín y, al enterarme de que con un huevo de guanaja salían diez raciones, lo expulsé por mi boca delante de la vendedora (quien, gentilmente, me explicaba la receta). O cuando le hice muecas a una compañera y, al voltearse ella, yo fingí mil expresiones inocentes. O cuando, en un arranque de frustración contra una jefa inepta, le envié el mensaje de queja a una amiga y fue a parar al buzón de la propia jefa. Aquí, mi héroe fue el informático, que lo borró a tiempo.
Quizás, en um país desarrollado, hubiese tomado terapias o ejercicios de ecuanimidad. Créanme, trabajo en mejorar, porque me duele cuando trato con frialdad a alguien con quien alguna vez compartí... incluso no recuerdo nombres o el rostro de algún exnovio 😉
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Cuéntame tus experiencias, nada que nos suceda es para avergonzarnos, es para dar nuevas perspectivas a la vida. Cada acto es un muevo matiz sobre un lienzo en blanco como lo es nuestra vida.
Premiaré un post, por valor de 3 HBD y 300 Puntos Ecency y otras recompensas que tu también puedes aportar.
Los queridos amigos hivers estarán recompensado además:
@restaurador 100 Puntos Ecency
@yuslenysmolina 100 Puntos Ecency
@maylink con delegación de 100 hp por 15 días para la publicación elegida por ella.
El resultado lo daré a conocer el jueves 22 de mayo.
Aquí te dejo algunos detalles a tener en cuenta en esta iniciativa #5.
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